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Un conductor bebido choca contra un edificio en Las Merindades


Fuerzas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil han investigado en Las Merindades a I.M., de 38 años de edad, como presunto autor de un delito contra la seguridad vial por conducir un vehículo a motor bajo la influencia de bebidas alcohólicas superando las tasas establecidas. 

Los hechos ocurrieron en la tarde del martes 26 de junio, cuando un vehículo articulado compuesto por cabeza tractora y semirremolque circulaba por la travesía de una localidad al norte de la provincia, en un tramo sinuoso caracterizado por el estrechamiento de calzada, limitado por edificios a ambos márgenes de la vía, chocando el semirremolque contra el alero del tejado de una de las edificaciones, provocando desperfectos en la fachada.

Una patrulla de Seguridad Ciudadana fue requerida en el lugar, comprobado la veracidad de los hechos, así como que el conductor presentaba síntomas externos de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas, solicitando la colaboración de un Equipo de Atestados e Informes del Subsector de Tráfico para realizar las pruebas de alcoholemia.

I.M. realizó las reglamentarias pruebas mediante el aire espirado y arrojó sendos resultados positivos de 1’16 y 1’15 mg/l, por lo que fue investigado como presunto autor de un delito contra la seguridad vial.

Cabe recordar que para este grupo de conductores 'profesionales' y vehículos pesados, la tasa máxima de alcoholemia permitida es de 0’15 mg/l, por lo que en el momento de realizar los test septuplicaba esta cifra.

Dadas las características especiales del vehículo pesado que conducía, la conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas supone un exponencial riesgo para su integridad y la del resto de usuarios de la vía, multiplicándose las posibilidades de sufrir un accidente y a la vez agravarse el resultado del mismo.

Las diligencias instruidas serán entregadas en el Juzgado de Instrucción de Villarcayo.

La ingesta de bebidas alcohólicas así como la de drogas y sustancias tóxicas influye en el conductor de un vehículo con la disminución de la capacidad sensorial, de reflejos y de atención en la conducción, desvirtuando la percepción de la realidad, determinando una conducción inapropiada y creando un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial.

Estas conductas al volante podrían conllevar administrativamente hasta 1.000 euros de sanción y penalmente podrían ser castigadas con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.

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