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¿Qué ver en Las Merindades?

En esta sección os contaremos algunos de los innumerables encantos que ver en Las Merindades, una comarca que, lo mires por donde lo mires, no te puedes perder:

Ojo Guareña y Ermita de San Bernabé




El Monumento Natural de Ojo Guareña es un lugar de récord. Se trata de uno de los complejos kársticos de cuevas más grandes de España y uno de los diez con más kilómetros de galerías descubiertas de todo el mundo. En concreto, Ojo Guareña tiene ya registrados más de 110 kilómetros. Hasta el descubrimiento de nuevas galerías en el sistema de El Mortillano, fue el indiscutible líder. Y se encuentra en la zona norte de Las Merindades, en su mayoría, en la Merindades de Sotoscueva, aunque también abarca áreas de Espinosa de los Monteros y la Merindad de Montija.

De gran interés para la espeleología, en su interior han sido descubiertos santuarios prehistóricos y especies de seres invertebrados hasta entonces no catalogadas. Las cuevas fueron usadas por el hombre en el Paleolítico medio y la Edad Media.

El Centro de interpretación del complejo de Ojo Guareña se encuentra en la localidad de Quintanilla del Rebollar, a unos seis kilómetros del enclave. La entrada principal a la cavidad se encuentra en las cercanías de la localidad de Cueva, en un lugar con un especial interés
natural por la fauna y la flora existente.

Las rutas para senderistas son numerosas en la zona y, muy cerca de la entrada principal, merece la pena acercarse hasta el sumidero del río Guareña, también conocido como el 'Ojo'. Allí, a través de una cavidad formada en el suelo, el cauce del río cae a través de un gran salto subterráneo, a muchos metros de profundidad.

Sin duda, la principal imagen del complejo de Ojo Guareña es la 'fachada' de la Ermita Cueva de San Bernabé. Enclavada en la roca, en su interior se conserva una talla de San Tirso y unas curiosas e interesantes pinturas en sus techos naturales fechadas entre 1705 y 1877 y que narran las vivencias, milagros y martirios de San Bernabé.

Puentedey


Foto: S. H.

La localidad de Puentedey, en la Merindad de Valdeporres, es una de las postales más bellas de la comarca de Las Merindades. Su nombre deriva de la grandeza de su entorno. El topónimo viene de la frase "Puente de Dios", como si una deidad hubiese creado tal espectáculo paisajístico. El río Nela, con el paso de los años, de los siglos, ha horadado la roca, creando un puente sobre el que se encuentra colgado el pueblo. Un pueblo coronado por edificios de interés como la iglesia de San Pelayo, de origen románico, o el Palacio de los Porres.
Foto: Patrimonionatural.org.

Además, en la carretera que une Puentedey y Quintanilla Valdeporres se encuentra la cascada de La Mea, un bello enclave que cobra espectacularidad en los meses de invierno, cuando el caudal de este salto de agua es más importante. Desde un apartadero en la cuneta, apenas 250 metros de sendero separan al visitante de una hermosa vista.



Frías


Si está catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España no es por una simple casualidad. La localidad de Frías, la ciudad más pequeña del país, al sur de la comarca de Las Merindades, traslada al visitante, desde el primer paso sobre sus calles empedradas a épocas antiguas. Una máquina del tiempo. Al fin y al cabo, los primeros testimonios de su existencia datan de mediados del siglo IX.

Frías observa desde lo alto el paso del río Ebro. Su antiquísima pero aún esbelta y llamativa silueta se alza sobre un peñasco y se encuentra enmarcada por el imponente pico Humión, el más alto del Parque Natural Montes Obarenes.

El Castillo de los Velasco y la Iglesia de San Vicente Mártir presiden este Conjunto Histórico Artístico. En torno a estas edificaciones se apiñan las casas colgadas que cuelgan de la roca desafiando las leyes de la gravedad. El castillo fredense está considerado como uno de los más espectaculares de Castilla y León, a pesar de su intensa mezcla de estilos, con detalles que proceden de los siglos XII, XIII, XIV y XV. El interior, prácticamente diáfano, se esconde tras unas murallas y torres conservadas de forma envidiable pese al inexorable paso del tiempo.

Foto: Ciudad de Frías.
Por su parte, la Iglesia de San Vicente Mártir se encuentra situada al otro extremo de la ciudad, también sobre el cortado rocoso. De pórtico románico, hoy trasladado al Museo de Claustros de Nueva York, cuenta con tres retablos: el del Cristo de las Tentaciones (barroco), el de la Soledad y el Mayor (neoclásicos). Destaca la capilla de la Visitación, resguardada por una notable reja de forja y con un retablo del siglo XVI del pintor Juan de Borgoña y dos sepulcros de ornamentación plateresca. En la iglesia existe una amplia colección de imaginería religiosa del siglo XVII, sillería barroca, un órgano, así como importantes pinturas religiosas. De su primitiva construcción románica sólo quedan algunos restos, ya que tras la caída de su torre en 1.904 se levantó una nueva. Por eso ha llegado hasta la actualidad con una extraña mezcla de estilos.

Foto: Ciudad de Frías.
Así mismo, fuera del núcleo urbano, otra de las visitas inexcusables es la que respecta al puente medieval sobre el río Ebro. Uno de los mejores ejemplos de fuentes fortificados de España. Su origen es romano, aunque fue reconstruido varias veces en la Edad Media. Por él pasa la calzada romana, que era una vía de comunicación, muy importante para el comercio entre la Meseta y la costa Cantábrica. Venía por el Portillo de Busto, Tobera, Frías, pasaba por el desfiladero de Herrán y llegaba hasta Orduña, desde donde pasaban los mercaderes a Bilbao .Mide 1,43 metros de largo, 3,45 de ancho y desde el nivel del agua hasta el pretil más alto del puente hay unos 1,13 metros y otros tantos hasta la torre. Consta de 9 arcos. Los centrales apuntados y los demás ligeramente rebajados. En los más antiguos, se abren aliviaderos con sus molduras a la altura de los salmeres, que además de aligerar el peso del puente, le dan armonía y belleza. En la Edad Media se le construyó una torre de planta pentagonal en su base central.

Cascada de Las Pisas


Foto: Turismoburgos.org.
En pleno Valle de Valdebezana, entre el tupido bosque de hayas, robles, avellanos o acebos, se encuentra la cascada de Las Pisas. Desde la localidad de Villabáscones de Bezana, se accede al enclave a través de un sendero señalizado. La cascada está compuesta por una serie de escalones a través de los que se precipitan las aguas del río Gándara. Lo ideal es visitar el lugar en la época del deshielo, cuando el caudal del río es mayor y embellece la imagen.


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