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Las Merindades pierden 32 habitantes más

Pueblo de Nela, en la Merindad de Sotoscueva.

El proceso de despoblación de Las Merindades continúa. Lento pero constante. Según el censo de 2019, la comarca ha perdido 32 habitantes. Y eso que varios de los municipios que la conforman no sólo no perdieron población, sino que oficialmente la ganaron, un efecto muy habitual en los años en que se celebran elecciones municipales. Así, Las Merindades ha pasado de los 22.882 habitantes en 2018 a los 22.850 del último censo. 

Las mayores caídas suceden en los municipios más grandes. Espinosa de los Monteros perdió quince habitantes (1.681); Medina de Pomar baja en 88 (5.816); Oña tiene siete menos y se acerca peligrosamente a cifras inferiores al millar (1.017); el Valle de Mena tiene trece habitantes menos (3.726) y Villarcayo sufre una fuerte disminución: 110 personas menos que en 2018 (4.097).

En el lado contrario, las subidas son de un calado menor, pero no por ello dejan de ser muy sorprendentes. El hecho de la celebración de elecciones municipales parece estar detrás de la mayoría de los casos. Especialmente llamativo es el caso del Valle de Zamanzas, que subió su población en 16 habitantes. De 50 a 66 en apenas un año. El Valle de Tobalina recuperó seis y se acerca un poco al millar, aunque aun le queda lejos (954). Merindad de Valdivielso y Junta de Villalba de Losa tienen dos más cada uno (388 y 88); la Merindad de Sotoscueva sube en siete (409); Arija lo hace en tres (129); Los Altos, en nueve (195) y también ascienden, aunque de forma mínima Alfoz de Santa Gadea, Junta de Traslaloma y Jurisdicción de San Zadornil.

Evidentemente, si alguna de estas subidas se trata de un dato ficticio por el hecho de nuevos empadronamientos de cara a las elecciones municipales, la caída posterior será mayor, agravando la despoblación de una comarca ya de por sí castigada.

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