Una de cada tres oficinas bancarias ha cerrado en Las Merindades desde 2008
Dos oficinas bancarias en Medina de Pomar. |
En la última década, una de cada tres oficinas bancarias que estaban en funcionamiento de Las Merindades han desaparecido. Desde 2008, el año en el que oficialmente comenzó la crisis económica en España, se han clausurado en la zona hasta 20 sucursales de distintas entidades y en estos momentos solo continúan 40 abiertas y estables según los datos del Portal EstadÃstico de la Junta de Castilla y León, concentradas en trece municipios de la comarca.
Las causas de esta importante caÃda no tienen sólo que ver con la dinámica de despoblación que está afectando a gran parte de la provincia y la comunidad autónoma, que también. Los procesos de fusión bancarias de muchas empresas del sector han obligado a ajustar el número de empleos y oficinas. Lo han hecho primero en aquellos lugares más pequeños o donde atendÃan a una menor población y, por tanto, donde el margen comercial era más bajo.
En estos momentos, los vecinos que tienen más cerca un banco son los de Alfoz de Santa Gadea (1), Arija (1), Espinosa de los Monteros (5), FrÃas (1), Medina de Pomar (6), Merindad de Valdeporres (1), Oña (2), Trespaderne (3), Valle de Mena (5), Valle de Tobalina (3), Valle de Valdebezana (3), Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja (6) y Valle de Losa (3).
Existen algunas oficinas más, pero no cumplen con los parámetros mÃnimos para ser consideradas como tal. Además, históricamente también habÃa disfrutado de una ventanilla de Caja de Ahorros los municipios de Los Altos (la perdió definitivamente en 2009), Junta de Traslaloma (hasta 2010), Merindad de Cuesta-UrrÃa, Merindad de Montija, Merindad de Valdivielso y Valle de Manzanedo. En el resto, no han existido nunca, por lo menos desde 1980, hasta donde se retrotrae la estadÃstica.
El porcentaje de caÃda del número de oficinas bancarias en la comarca en la última década es prácticamente una copia a la media nacional, que fue del 32%. A pesar de que este descenso es también muy destacable, las consecuencias prácticas en zonas con municipios de tamaño medio o pequeño son muy distintas. Si se clausura un establecimiento de este tipo en una gran ciudad, lo más probable es que exista otra sucursal en la misma localidad y, en el peor de los casos, los clientes tienen otras muchas opciones para abrir una cuenta, pedir un crédito o invertir el dinero, algo que no ocurre en las zonas rurales como la comarca de Las Merindades.
Los expertos avisan de que el ajuste del sector bancario es beneficioso para la viabilidad de las entidades, pero también que va en contra de la accesibilidad a los servicios económicos y financieros, algo básico. El profesor JoaquÃn Maudos, en su estudio 'Acceso a los servicios bancarios de España', asegura que la disminución del número de sucursales es menos importante en las zonas urbanas, donde muchas personas utilizan medios digitales para realizar operaciones bancarias. Pero en el mundo rural, donde la población está más envejecida, el problema es más importante.
Post a Comment