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Medina de Pomar alcanzó niveles nocivos de ozono trece días de los 25 primeros de julio


El ozono troposférico es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias. Se ha convertido en un clásico del verano; sin que, por el momento, se estén tomando medidas para proteger la salud de las personas y de los ecosistemas, a pesar de conocerse sus efectos perjudiciales: la Agencia Europea de Medio Ambiente estima en 1.800 los fallecimientos prematuros anuales en España como consecuencia de la exposición a altos niveles de ozono. También es tóxico para la vegetación, dañando los bosques y reduciendo la productividad de los cultivos.

Según los datos recopilados por Ecologistas en Acción en un comunicado, hasta el 25 de julio han sido 8 los días en los que se han superado en la ciudad de Burgos el limite máximo establecido por la Unión Europea (más de 120 microgramos por metro cúbico (ug/m3) en una media de 8 horas durante un día), 6 días en Aranda de Duero, 7 en Medina de Pomar y 4 en Miranda de Ebro. Hay que señalar que en la provincia no existen más más estaciones de control de la calidad del aire; pero es realista señalar que la situación ha sido similar en toda la provincia.

Si se toman en referencia los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (Más de 100 microgramos por metro cúbico (ug/m3) en una media de 8 horas durante un día), mucho menos laxos que los establecidos por la normativa comunitaria y española, las cifras se incrementan considerablemente: 20 días en Aranda de Duero, 19 en Burgos, 13 en Medina de Pomar y 14 en Miranda de Ebro. Ecologistas en Acción, junto a otras organizaciones, lleva tiempo reclamando la actualización de los niveles legales a la recomendación de la OMS porque los actuales se han quedado obsoletos y no son suficientes para asegurar una adecuada protección de la salud.

Dada la magnitud de la contaminación por ozono debería considerarse un problema sanitario de primer orden. Más teniendo en cuenta que, a causa del cambio climático, el problema de la contaminación por ozono va en aumento. Si se tienen en cuenta los datos anteriores, se puede observar que en 2017 se superan los limites legales en 4 ocasiones y en 2018 en 6 en la ciudad de Burgos. En lo que va de 2019 ya se han superado estos límites 17 días. "Sin embargo, ni la Junta de Castilla y León, ni el Ayuntamiento de Burgos están tomando medidas al respecto", dice Ecologistas en Acción.

"Para reducir los altos niveles de ozono es necesario aplicar medidas de urgencia, principalmente restricciones al trafico (como se ha hecho en Valladolid), pero también de carácter informativo para que la población sea consciente de los riesgos que sufre. Burgos ni tan siquiera cuenta con un protocolo de actuación para estas situaciones y, por supuesto no se ha introducido en la agenda política municipal, preocupada de asuntos mucho más prosaicos. La Ley de Calidad del Aire de 2007 establece la obligación para los municipios con población superior a los 100.000 habitantes. El ayuntamiento de Burgos lleva 12 años de retraso", continua.

Ecologistas en Acción "lleva años denunciando estas malas prácticas, a lo que se suma la mala gestión de las competencias en calidad del aire de la Junta de Castilla y León. Hasta 2008 Burgos contaba con cuatro estaciones automáticas de control de la contaminación atmosférica pertenecientes a la red regional; de las que dos se suprimieron en 2009. Estamos hablando de un grave problema de salud publica que, el cambio climático no va a hacer otra cosa que empeorar, por lo que es necesario tomar medidas y dejar de poner excusas para no actuar debidamente", concluye el documento.

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