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Investigado un hombre en el Valle de Mena como presunto autor de los delitos de maltrato animal y cría ilegal de perros



La Guardia Civil ha investigado a A.R.P., de 33 años, como presunto autor de los delitos de maltrato animal e intrusismo profesional, por mutilación de las orejas de dos perros de su propiedad; además ha sido denunciado por carecer de las habilitaciones necesarias para ejercer la profesión de criador. Estos hechos se han producido en el Valle de Mena.

Tras una disputa vecinal ocurrida en una localidad menesa por la presencia de perros sueltos en la vía, el Seprona de la Comandancia de Burgos se trasladaba al municipio para identificar a los propietarios y verificar que los animales se encontraban en las debidas condiciones higiénico-sanitarias y al corriente en cuanto a su documentación y vacunas se refiere. 

En el lugar se comprobó la existencia de un ejemplar de American Bully que presentaba las orejas recortadas; su propietario no pudo demostrar la actuación de un facultativo en el corte de los pabellones auditivos. Las gestiones practicadas a continuación han permitido conocer que A.R.P. era propietario de otro animal de la misma raza con el mismo tipo de mutilación.

Del mismo modo y como resultado de la investigación llevada a cabo se ha conocido que esta persona figura y ejerce como criador de perros, si bien carece de la habilitación y licencias necesarias para ejercer la actividad.

Las primeras impresiones hacen pensar que ambas operaciones habían sido realizadas de manera particular, por lo que al no motivar y justificar la práctica de esta operación por un profesional cualificado ha sido investigado como presunto autor de un delito de maltrato animal y de intrusismo profesional y se han confeccionado actas denuncias a las Administraciones correspondientes por carecer de habilitación y licencia necesarias para ejercer como criador. 

La otectomía y la caudectomía están prohibidas

Tradicionalmente, por motivos estéticos, los dueños y criadores de determinadas razas de perros decidían cortar o precortar las orejas (otectomía) y/o la cola (caudectomía) de sus mascotas. 

Aunque la práctica de esta dolorosa operación siempre ha estado prohibida para particulares, las clínicas veterinarias sí estaban autorizadas a realizarlas bajo las debidas condiciones de anestesia, profilaxis y vigilancia postoperatoria facultativa.

Sin embargo la entrada en vigor, en febrero de 2018, del Convenio Europeo sobre protección de animales de compañía prohibió estas operaciones por razones funcionales o de raza, aunque por motivos de sanidad veterinaria o beneficio de un animal determinado, estaría justificado bajo el control de un facultativo y siguiendo un protocolo veterinario.

No hay que olvidar que a lo traumático del postoperatorio para el dolorido animal se une el riesgo de infecciones, lesiones o atrofias si no se realiza de manera profesional, pudiendo incluso perder la vida la mascota. 



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